Es
la forma no tóxica del amoníaco que se genera en el organismo a partir de la
degradación de proteínas, que provienen tanto de la dieta como del recambio
fisiológico. Debido a su pequeño tamaño, presenta una reabsorción y secreción
variable en el túbulo renal acompañando al agua. Los valores normalmente
observados en sangre para un individuo en ayunas son: 0.1-0.5 g/L. La retención
de urea en sangre refleja el mal funcionamiento renal globalmente, aunque se ve
afectado por la dieta rica en proteínas, por el funcionamiento hepático y por
estados catabólicos. Además, en el túbulo, la urea acompaña al agua, de modo
que, si la diuresis esta elevada, la excreción de agua es mayor y por tanto se
eliminará urea. Por el contrario, si el sujeto presenta una diuresis baja
(deshidratación, hemorragia, insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal, etc.)
aumentará la reabsorción, y por tanto la concentración de urea en sangre.
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